El Cortisol, la hormona del estrés. El cuerpo, frente a diversas situaciones que implican un cierto riesgo de amenaza, segrega esta sustancia para activar mecanismos fisiológicos mediante los cuales poder actuar y salir airoso de dicho peligro.

En ocasiones, este peligro, puede resultar tanto a nivel físico como mental e inducido por una práctica continua que somete al organismo a estar en alerta prácticamente en la mayor parte del tiempo.

Podemos citar el trabajo, ejercicio físico extenuante o algún tipo de implicación emocional. Mantener elevados niveles de cortisol durante periodos largos resulta contraproducente y puede poner en serio riesgo nuestra salud.